Esta semana, durante la primera semana de carrera del Giro de Italia, hemos podido volver a ver toda la
dureza del ciclismo.
Todos recordamos, en mayor o menor medida, haberla visto in situ en las carreteras o por la tv, ver esas caras desencajadas tanto en un sprint como en un puerto de alta montaña o en una etapa rompepiernas de media montaña (de las que curiosamente nunca han tenido esa percepción de dureza pero que para los que hemos practicado o competido en este deporte, son las que más duras nos parecen).
Estas caras de los corredores, además de por la dureza creciente del recorrido en sí y del paso de los días y acumulación de quilómetros -que precisamente no es poca- se le suma el factor meteorología y es que hasta el momento estas primeras 6 etapas han sido
altamente exigentes en lo físico y en lo mental.
Y eso ha sido el aperitivo o el "calentamiento" porque nos quedan 2 semanas espectaculares por delante en las que vamos a seguir disfrutando de CICLISMO (en mayúsculas) y mención singular quiero hacer a la etapa 11, que espero con ganas, donde veremos a los ciclistas atravesar 4 tramos de sterrato de hasta 35 quilómetros.
Motivación extra para mi es trabajar estas semanas con la locución y las imágenes de este Giro de Italia, para mi "la corsa più bella" y es que con este pensamiento escrito no he querido hacer otra cosa más que una humilde mención a lo que hace realmente que todavía tenga ganas de salir en bici a divertirme y a desconectar la mente.
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